4 de agosto de 2009

Carta a una enfermera

Me ha llegado esto a través de un email... quería hacerme eco, todos deberíamos reflexionar antes de emitir juicios precipitados, yo la primera...


CARTA A MARIA, LA ENFERMERA DE RYAN

Tengo cincuenta y ocho años y como tú soy enfermero del sistema público de
sanidad desde hace más de treinta.
¡Animo compañera! Has tenido un error, como todos hemos cometido; lo malo
es que tú, que nosotros, no trabajamos con papeles, con tornillos, con
cosas, lo hacemos con personas y escogimos voluntariamente esta actividad
llevados de nuestro deseo de ayudar a los demás a mantener su salud, de
luchar por mejorar las condiciones de vida o en último extremo por evitar
el dolor.
Y te equivocaste, ¡cómo es posible!, dicen algunos basándose precisamente
en que como trabajamos con personas tenemos que extremar la atención y el
cuidado. Lo que nadie puede imaginar es cuánta atención y cuidado has
tenido que poner cada uno de los días que has trabajado cuidando
pacientes; cuántas veces has revisado lo que ibas a hacer; cuántas
carreras has tenido que dar para poder atender a tus pacientes por falta
de compañer@s suficientes; cuántas veces has tenido que cambiar de
destino, siempre con la amenaza encubierta de la no renovación de
contrato, siempre esforzándote por hacerlo todo bien aunque superase lo
lógico, y a pesar de todo eso, cuántas caricias y ánimos has prodigado;
cuánto aprendizaje has ido acumulando a pie de cama.
¡¡¡HIPOCRITAS!!! Dicen que cometiste un error terrorífico. ES MENTIRA. Tú
tuviste una equivocación, te equivocaste, desgraciadamente, y es seguro
que nadie en esta historia está más destrozada que tú y la familia
afectada.
¡¡EL ERROR TERRORIFICO LO COMETIERON Y LO COMETEN ELLOS!! los que han
llevado al deterioro de la sanidad pública, la de todos, y quieren
hundirla aún más para entregarla a manos del negocio privado.
Los que obviando, ellos sí, que trabajamos con personas, no han aumentado
las plantillas a pesar de que la población ha crecido y mucho, a fin de
abaratar costes.
Los que obviando, ellos sí, que la precariedad en el empleo es fuente del
aumento de accidentes de todo tipo, vienen firmando contratos temporales
constantes a quienes se incorporan al mundo sanitario, a fin de evitar que
se consoliden sus derechos, de que puedan decir no a órdenes carentes de
rigor profesional (hoy a cardiología, mañana a trauma, anteayer en
medicina interna), los que tratan la salud de los ciudadanos como si
estuvieran en una fábrica de tornillos, no en un hospital de todos, para
todos y pagado por todos.
Los que obviando, ellos sí, que también son médic@s, enfermer@s, acatan
directrices de los dirigentes políticos contra la dignidad de unas
profesiones a las que deberían todo el respeto, contra la calidad de la
atención a la que todos tenemos derecho, dando órdenes, aceptando malos
materiales, asistiendo impasibles al desmantelamiento de los centros
públicos desde los diferentes puestos de responsabilidad, logrados a dedo
y que mantienen con silencios cómplices y culpables.
Los que obviando, ellos sí, que no son, o deberían ser, sino
representantes de la enfermería, se llevan ahora las manos a la cabeza
espantados de cómo te han atacado, cuando no han sabido luchar ni
movilizar al colectivo en pos de unas condiciones dignas de trabajo y de
contratación para ti y para miles como tú, sino que han permanecido en un
ignominioso silencio cómplice, permitiéndolo todo, aceptando tus cambios
constantes y los de otros miles de puesto de trabajo. Callando ante la
privatización de la sanidad de todos, y apareciendo sólo con fugaces
lavados de cara. Y todo eso, por qué, a cambio de qué. Seguro que ellos sí
que lo saben. Lo más fácil es que ahora empiecen a organizar cursos
subvencionados con sustanciosos beneficios, sin que a la postre peleen por
mejorar las condiciones de trabajo y la atención a los pacientes.
A TODOS ELLOS LES INVITO A QUE DIMITAN, y se vengan al bando de los
hombres y mujeres que consideramos que lo más importante son las personas,
no el detentar puestos de poder o los beneficios a obtener en los negocios
ya sean sucios o limpios.

¡¡¡TODOS ELLOS SON LOS QUE HAN COMETIDO UN ERROR TERRORÍFICO Y
PLANIFICADO!!! No tú, María. Te repito, tú te equivocaste.
Tú, que probablemente fuiste la última persona en acariciar con ternura a
Ryan, antes de cerrar la incubadora.
ANIMO ENFERMERA MARIA.

Juanjo Moreno
Enfermero del Hospital Virgen de la Torre

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